ella era así,
entumecida,
respirando esferas de gas.
la playa,
moviéndose en estado de quietud,
fundía fracciones
de cielo y orilla,
un horizonte de
manteca.
buscando congelar
esa mirada
se derretían sus
piezas.
un trueno dominó
al poeta
ahogándose en su
nube,
el fuego lo
buscaba.
al congelar esa
mirada,
se derretían sus
cadáveres.
la fase tóxica
entraba por la orilla.
los monos y los
peces volaban
moviéndose en
estado de quietud
ahogándose en
esferas de pensamientos
entrando en la
escena que nos dejó sordos,
y el trueno que
congelaba las esferas, nos entumecía con su fuego
y los pensamientos,
la playa, la orilla, los monos y los peces
comenzaron a caer
en la fase que se iba derritiendo
ahogándose
lentamente en su nube de manteca,
que ahora nos
respiraba a nosotros.
la orilla, la
playa, los monos y los peces, los pensamientos
se buscaban, se
fundían en fracciones de miradas,
y la playa llena
de cadáveres
moviéndose en
estado de quietud,
lenta escena de
horizonte entumecido,
fundía suavemente
los pensamientos
que continuaron
cayendo
en las fracciones
de orilla que volaban,
y los monos y los
peces ahogándose
en las sordas
miradas o esferas de gas tóxico
como piezas de
dominó
y el aire que
ella respiraba siendo así
mirando a los
monos y los peces ahogándose en sus pensamientos,
no era más que la
manteca del cielo,
moviéndose dentro
del poeta
buscándola en
estado de horizonte,
derretida con el
fuego
que aquí escribe
desde su quietud.
texto original:
-Fuegos en tu cara-
ella era así. Es el fuego que derrite la manteca y la mirada que congela los pensamientos en la fracción en la que hay sólo aire. ¿Por qué respira entumecida?
-¡Porque se está ahogando imbécil!
Bruno atravesó la playa corriendo para buscarla. Efectivamente se estaba ahogando. Lejos de la orilla y moviéndose en estado de quietud. El otro ni siquiera se movió. Se podría pensar que era el peor guardavidas de la galaxia, pero no, era poeta. Esa escena lo había inspirado, elevado hacia otro universo en el que los monos y los peces volaban, las esferas de gas no paraban de explosionar ¿esa palabra existe? en este espacio sí. nada existe hasta el más...
-¿Podés parar un poquito con esa nube de pedos?
-¿Querías gases? ¡Acá tenes!
Ese trueno nos dejó sordos y el olor inundó la playa. Todos comenzaron a caer como piezas de dominó. La playa se llenó de cadáveres. La primer fase estaba completada.